Arriesga su vida cruzando caudalosos ríos. (Foto: HERMES GONZÁLEZ / EPASA)
Jesús Simmons
| DIAaDIA
Le gusta enseñar. Detrás de esa cara de niña la maestra Milka Sánchez, de 21 años, esconde una gran vocación por la profesión que le robó el corazón desde sus primeros años de vida. Y es que para esta joven no hay nada más importante en la vida que transmitirle a los niños de la comarca Ngöbe Buglé todos los conocimientos que adquirió en las aulas de la Escuela Normal de Santiago, ubicada en la provincia de Veraguas.
La lejanía y la soledad que vive en la Escuela Buenos Aires, ubicada en la comarca Gnöbe Buglé no han sido obstáculo para que religiosamente esté todos los lunes en su puesto de trabajo.
Con mucha paciencia, enseña a los niños de esta apartada comunidad las palabras del abecedario, las vocales y los números para que aprendan a leer y a escribir.
Pero esta faena no es nada fácil para esta noble educadora que debe soportar viajar en el vagón de un incomodo pick-up si quiere llegar a la comunidad de Llano Ñopo, de donde debe caminar más o menos una hora para llegar al plantel donde labora.
Lo más duro que le ha tocado vivir es tener que estar alejada de su familia por largos periodos, ya que no es fácil salir de la comarca, por lo que debe quedarse varios días en la escuela que se ha convertido en su hogar.
Lo que más la conforta es el cariño que le dan sus estudiantes, pues sabe que tal vez sea la única oportunidad de educarse que tendrán los niños de esta olvidada comunidad.
Pero sus ganas de seguir adelante no la abandonan, por lo que no descarta ir a la universidad a estudiar una licenciatura en educación superior que le enriquezca sus conocimientos.
Además sueña con salir algún día de la comarca para ir a enseñar a escuelas de la provincia de Veraguas de donde es oriunda, aun así el momento está feliz por hacer lo que siempre soñó desde que era tan solo una niña.
CASA
Por la lejanía de la escuela en donde trabaja, se pasa semanas sin ir a su casa a ver a su mamá.