A muchos nos encanta la m�sica y disfrutamos escucharla a buen volumen, pero, �qu� pasa cuando hay quienes abusan con el volumen de sus radios y en vez de disfrutar la m�sica, se atenta contra nuestros o�dos?
En muchas comunidades se dan los hechos entre vecinos que hasta en el peor de los casos se agarran a golpes, porque uno pone m�sica estridente a toda hora. Pero lo malo es aquel vecino que parece que al d�a siguiente no tiene que trabajar y son las 2:00 a.m. y est� �la plena� en su apogeo. �Jo!, y mientras el otro llega a su trabajo todo asue�ado, el vecino fiestero est�, quiz�, �durmiendo a pierna suelta� en su casa.
Es una falta de consideraci�n, y lo m�s triste es que parece que ninguna autoridad hace nada por evitarlo, porque si usted llama a la Polic�a, mientras llega la ronda, el vecino fiestero pone su cara de �yo no fui� y le baja el volumen al radio. Pero no pasan ni cinco minutos de cuando los uniformados se van y este, de maldad, sube a�n m�s el volumen, y hasta el pobre techo de las casas colindantes se estremece.
Y ni hablar del hecho de que quien lo escucha cree que hay un rumb�n en la casa, pero cuando usted se asoma, hay, a lo mucho, tres personas en el lugar.
Se�ores, sean conscientes, nadie les quita que escuchen su m�sica, pero los vecinos no tienen tambi�n que escucharla por obligaci�n.