Nació en medio de las carencias, pero llena del amor de su madre y abuela.
Lorena, una bebita de 21 días de nacida, sin ser conocida por sus benefactores, fue colmada de ropita, como una muestra de generosidad de parte de los estudiantes del Grupo de Liderazgo Juvenil del Instituto Episcopal San Cristóbal.
Yara Delgado, su madre, de 28 años, enfrenta la responsabilidad de sacar adelante a dos de sus hijas, puesto que las adversidades de la vida la han abismado a dejar a las dos grandecitas a cargo de familiares.
En su estrecho cuarto, en el Valle de San Isidro, San Miguelito, ansía tener un trabajo digno para darle una vida mejor a sus otros angelitos: Isabel, de 7 años; Estefanía, de 4, y Linneth, de 2 años, esta última vive con ella.
A Yara también le preocupa que a su hija le fracturaron un bracito al nacer, y aunque los médicos le han dicho que no es grave, teme que esto sea lo contrario, porque no tiene cómo pagar los gastos médicos. Las estrechas y empinadas escaleras para llegar a su casa, anuncian las incomodidades en que vive; por ahora, con pocas esperanzas de cambiar su realidad.
CONTENTA
Dijo que no esperaba que jóvenes que no la conocen, tuvieran ese detalle con ella y su Lorenita.
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