El reloj marcaba las 9: 00 a.m., y la puerta de la biblioteca del Instituto América se abrió, era Madelyne, quien se apoyaba en un bastón de madera, que se opacaba con su personalidad moderna y alegre. La peluca que meses atrás era parte de su vida, ahora era reemplazada por su cabello natural, corto, rubio y a la moda.
ABRIO SU CORAZóN
En noviembre del 2004 Madelyne tuvo dos convulsiones, pero no fue hasta marzo de 2005, que los médicos le detectaron un tumor en la parte derecha del cerebro. La operaron y le realizaron la radioterapia. Perdió su último año, pero no se dejó vencer.
A pesar de que el doctor le recomendó no entrar a la escuela para que no esforzar la mente, ella le rogó a su mamá que le permitiera graduarse. "Yo estudio porque quiero sentirme orgullosa de mí", comentó la joven.
Actualmente, Madelyne estudia a través de módulos y asiste 2 ó 3 veces a la semana a la escuela, dependiendo de los días que tiene la terapia física, pues luego de la operación perdió un poco la movilidad en la parte izquierda de su cuerpo.
Para su profesora consejera, Cecilia de Manzanares, Madelyne "es una niña muy interesada en la parte académica y tiene un deseo de vivir increíble".
"Yo siempre hago reir a las personas, pero por dentro me siento vacía, porque cuando uno tiene salud, lo tiene todo", dijo Madelyne de 19 años.
Como si esto fuera poco, la entrada económica en su hogar no es suficiente, por lo que tiene que vender "one five" en el Oncológico y en la escuela para pagar parte de sus terapias.
Recientemente, a Madelyne le detectaron nuevamente el tumor en el mismo lugar.
DESEOS
Madelyne desea recuperar la beca que perdió por estar en radioterapia, y una computadora.
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