Muchas veces, pasa inadvertida la importancia de la audición. Este sentido se merece toda la atención necesaria, y más cuando se trata de bebés o niños en crecimiento. Pueda que resulte difícil descubrir si el bebé tiene o no buena audición, por eso es necesario que usted tengan las bases para descubrir qué tan bien escucha su pequeño.
TESTIMONIO
Tal fue el caso de Josefina, quien de un momento a otro descubrió que su hijo tenía problemas de audición. A eso de los dos años y medio, el pequeño ignoraba los llamados que le hacía su madre y otros familiares, cosa que le resultó extraña a Josefina. El tiempo pasó y cada vez que el niño se resfriaba se quejaba de dolor en los oídos y se le tapaban. Estos síntomas fueron la prueba final de que el hijo de Josefina tenía problemas de audición.
Según el médico Oscar Garzola, la pérdida de la audición puede tener varias causas, algunas pueden ser genéticas, adquiridas o por alguna malformación. También aseguró que puede variar su clasificación, ya que dependerá de la gravedad de la lesión: Ligera o leve: Cuando el niño no escucha la voz baja y en ambientes ruidosos. Moderada: Puede tener problemas para producir sonidos y para adquirir lenguaje. Profunda: No hay comprensión del lenguaje.
El especialista asegura que el atacar con rapidez esta falla podría ayudar a su niño, así que preste atención a estos signos:
La voz de su madre no lo tranquiliza. Duerme mucho y no responde a ruidos fuertes. No usa maracas o sonajeros. Si al crecer desconoce su nombre o no atiende a su llamado. No produce sonidos para llamar la atención. No responde el saludo o la despedida con la mano.
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