Salmos 19:14 "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío." No hay nada más hermoso que escuchar el vocabulario de un verdadero hijo de Dios, ya que las palabras de su boca son de mucha bendición. ¿Te ha pasado alguna vez que estás hablando con alguien y rápidamente detectas que es cristiano sin que te lo diga?, pues claro pasa a menudo, de repente entablas una platica con alguien y sin que te lo digan tu le notas que es cristiano. ¿Por qué será?, simple, es por la clase de palabras que utiliza.
Un verdadero cristiano tiene que cuidar lo que dice, el salmista David decía: "Sean gratos los dichos de mi boca", en pocas palabras: "que lo que yo hable te agrade Señor", la pregunta sería: ¿Tu vocabulario estará agradando al Señor?, ¿no tendrías problemas que Dios estuviera en persona en medio de una de tus platicas?, seguramente algunos no se expresaran de la manera que lo hacen si Dios estuviera en persona frente a ellos.
Hoy en día, está de moda el hecho de tener dos vocabularios o quizá tres o cuatro, uno es el vocabulario que usas en la Iglesia que a lo mejor detona tu espiritualidad; el segundo quizá es al estar con tus amigos que a lo mejor es un vocabulario "que agarra la onda"; el tercero quizá es el vocabulario que utilizas en tu casa, que a lo mejor es un vocabulario de haraganería y rebeldía hacia tus padres o hacia tus hermanos. Y así sucesivamente podemos citar muchos vocabularios que a lo mejor tenemos en nuestra vida, pero la pregunta sería: ¿Estará feliz el Señor de la forma en que nos expresamos a diario?, ¿se sentirá orgulloso de nuestro vocabulario?
Nunca hables cosas que te darían vergüenza que Dios te escuchara decir si Él estuviera frente a ti.