El Inter de Milán se hizo con el partido ante el Milán 3-4, en un duelo de la máxima rivalidad milanesa interesante, goleador, emocionante al final y que refuerza el liderato interista, dando además un duro golpe a un rival que ahora queda a una amplia distancia de catorce puntos.
El 265 derbi milanés resultó interesante, con momentos brillantes, goles, pasión y color en las gradas y emoción final. También dejó patente que el actual Inter es superior al Milán, y que el equipo interista es temible para cualquier rival en acciones a balón parado; pero, asimismo, se deja complicar las cosas cuando las tiene ampliamente favorables.
Ayer, con 1-4 a su favor, el Inter se las complicó con una absurda auto-expulsión de Marco Materazzi, por celebrar el cuarto tanto de su equipo, por él anotado.
La diferencia, en realidad, estuvo en la primera etapa en la que el Milán parecía una sombra en la cancha, luciendo todos los defectos que se le conocen: lento, maquinoso, previsible, hedonista y poco concreto. El Inter fue todo lo contrario, tuvo dos chances y las aprovechó en la red.
PARA OLVIDAR
En un partido de escaso nivel técnico, pero emotivo y apasionante, el Inter obtuvo un fundamental triunfo 4 a 3 en el Clásico ante Milán.
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