"Gracias a Dios, mi embarazo fue deseado". Así lo manifestó Marta Castañeda, quien hace cinco años y 8 meses tuvo a Julián, su tercer hijo.
Ella describió que su embarazo fue tranquilo, se alimentó bien y llevó todos sus controles médicos a tiempo, pero Julián nació a los ocho meses y a los dos años decía sus primeras palabras: "papá, mamá, teté".
Un par de meses más tarde, el tercer hijo de Marta dejó de hablar y una doctora que lo atendía le comentó que tal vez no había problema, pues el papá de Julián habló después de los cuatro años. Algo extraño estaba ocurriendo.
Julián pasó por las manos de varios galenos, y no fue hasta los 3 años y medio que le diagnosticaron que era un niño autista.
ELLOS TIENEN DERECHOS
El Dr. Dennis Cardoze, quien es psiquiatra de niños y adolescentes y que funge como asesor para la educación inclusiva del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE), dijo a DIAaDIA que el autismo es un trastorno generalizado del desarrollo, que se adquiere desde el nacimiento y tiene su base en el cerebro, donde afecta las áreas de sensibilización y comunicación.
Cardoze estimó que el autismo es quizás el tema de discapacidad del que menos se habla en Panamá. Prueba de ello, es que en la preparación de los docentes o maestros especiales, este tema se toca muy por encima y algunos me han dicho que ni siquiera lo estudiaron.
Puso como ejemplo que para la Teletón 20-30, se toma en cuenta más las discapacidades físicas, como lo es el retardo mental. Sin embargo, añadió que aunque los niños autistas aparentan ser normales, ellos necesitan mucho apoyo y sus padres son también muy sacrificados. Es por eso que ahora con el auge del tema de la educación inclusiva, el IPHE tiene previsto preparar a nuevos docentes en esta especialidad.
"ESE NIñO ESPECIAL ES MI HIJO"
La señora Marta Castañeda recuerda que cuando le dieron el diagnóstico quedó en el aire. Nunca había oído sobre autismo, a pesar de que ya tenía dos hijos, que hoy día tienen 16 y 12 años. Los médicos que atendían a Julián tampoco le supieron explicar.
No fue hasta que comenzó un proceso de terapias en la Policlínica de El Marañón, en Calidonia, que el Dr. Cardoze le confirmó que su hijo era autista.
"Busqué información en Internet y aprendí que hay muchas clases de autismo", comentó Marta. Desde allí, se entregó a Julián a tiempo completo, a tal punto que con el apoyo de los programas del IPHE, las terapias y el esfuerzo de su familia, Julián habla, escribe, se sabe los números y las vocales. Estas destrezas no todos los niños autistas las alcanzan.
SINTOMAS
El Dr. Cardoze mencionó que entre las características de los niños autistas está el aislamiento, pues estos niños parecen estar metidos en su propio mundo y evitan buscar el contacto con otros y, a veces, ni siquiera con los familiares.
Otra característica son los trastornos del lenguaje, que en algunos niños no les permite expresar sus deseos y sentimientos.
"Estos niños se atrasan en el lenguaje, otros ni siquiera llegan a tenerlo", expresó el galeno.
En cambio, los que presentan el Síndrome de Asperger, es decir, un autismo leve, alcanzan un lenguaje bastante normal. La tercera característica es que con frecuencia tienen movimientos repetidos o estereotipados.
En los primeros años tienden a caminar en puntillas, no les gusta mucho la variedad y es por eso que con frecuencia se alteran. Es ésta la razón por la cual muchos panameños desconocen de esta discapacidad y confunden a estos niños como "malcriados o muy mimados".
NO HAY UNA CIFRA REAL
Cardoze afirmó que en Panamá no se ha hecho un estudio que diga cuántos niños con autismo existen, pero argumentó que en la Literatura Universal se habla de que hay un niño autista por cada mil nacidos, otros dicen que 15 por cada 10 mil.
"Creo que conocemos menos de la mitad de lo que, supuestamente, en Panamá debe haber", agregó.
Se calcula que en Panamá hay unos 10 mil autistas; "de ellos sólo 250 niños participan en los programas del IPHE", estimó el galeno.
SOLO FUE UN MITO
De acuerdo con Cardoze, antes se pensaba que la causa del autismo era consecuencia del rechazo de las madres durante el embarazo, y eso el niño lo percibía. Sin embargo, esa teoría fue descartada desde hace más de 30 años y las investigaciones apuntan a que se trata de genes alterados.
TOMELO EN CUENTA
El asesor de Educación Inclusiva del IPHE, recomendó a los padres que si ven en sus hijos de poca edad estos síntomas, es importante acudir al médico para descartar que se trate de autismo, pues entre más rápido se atienda mejores serán los resultados.
Dijo que a estos niños se les debe integrar a la vida familiar lo más que se pueda, aceptarlos como criaturas de Dios y no sentir vergüenza de ellos. "Hay que comprenderlos para evitar una conducta agresiva", sugirió.
LE ABRIERON LAS PUERTAS
La profesora María de González, directora del Programa de Autismo del IPHE, manifestó que hay unos 150 niños y niñas autistas en el distrito capital que están recibiendo clases en las aulas regulares en más de siete escuelas, y cada año ese número aumenta.
Por su lado, Manuel Campo, encargado de la Secretaría Nacional para la Integración Social de las Personas con Discapacidad (SENADIS), creada mediante el Decreto Ejecutivo del 1 de septiembre de 2004, afirmó que en Panamá existen alrededor de 300 mil panameños y panameñas con discapacidad, y cerca de 1.2 millones de familiares que luchan por una plena integración social.
ELLOS TIENEN DERECHO
La Declaración Universal de Los Derechos Humanos (1948) dice: "Todos los seres humanos tienen derecho a la educación. La educación se dirigirá al pleno desarrollo de la personalidad humana y fortalecer el respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales". (Art.26)
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