En un país en plena mutación, los chinos de edad cultivan la nostalgia, entonando cada día en los jardines públicos cantos revolucionarios a los que atribuyen virtudes terapéuticas.
"La bandera roja de cinco estrellas flota al viento, el canto de la victoria se escuchará con fuerza", éste es un fragmento de uno de los himnos revolucionarios compuesto en 1950.
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