Un sable de Saddam Hussein, una escopeta republicana, un busto medieval de Buda o un retrato de azúcar de Leónidas Brézhnev, son algunos de los regalos recibidos por los jerarcas soviéticos desde la Revolución Bolchevique hasta la caída de la URSS. Estos regalos no los pudieron hacer personas que vivían aterrorizadas.
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