
Sabemos que la música tiene la capacidad de ejercer sobre jóvenes y adultos una influencia que, en ocasiones, es difícil de explicar. Sucede de igual forma con los niños, quienes desde pequeños son capaces de percibir los diferentes ritmos y sonidos que existen a su alrededor. Es entonces, cuando la música se convierte en un estímulo de gran ayuda para desarrollar las diversas áreas psicológicas que posee el niño.
Diversas investigaciones han demostrado que la voz de la madre, el ruido y la música del medio externo penetran el vientre materno y llegan a los oídos de la criatura, que a la veinteava semana de gestación, posee un mecanismo auditivo semejante al de una persona adulta.
Se ha comprobado, mediante algunos casos, que cuando las madres cantan canciones de cuna a sus pequeñitos que están todavía en el vientre, tienden a reaccionar con algún tipo de estímulo, como puede ser una patadita suave.
Sonidos
También se ha comprobado que ante sonidos bruscos el feto puede dar una respuesta.
Eso mantiene en pie la hipótesis que señala que desde el vientre de a madre los bebés pueden escuchar.
Entonce ¿por qué no estimularlos positivamente por medio de la música?
Escuche música suave, agradable a su hijo.
Una vez que nace
La música se convierte en sonido y armonía
El bebé tratará de reconocer y explorar los timbres, intensidad y duración de la música. Esto aproximadamente hasta los tres años de edad. Desde los cuatro hasta los seis años, optará entonces por reconocer el sonido por el tipo de instrumento y querrá controlar esos sonidos, tocando una mesa y decir que está tocando un tambor.
A los siete y nueve años podrá entonces tocar un instrumento, así como leer escalas musicales y cantar melodiosamente.
Durante el período escolar, la música contribuye de manera exitosa al proceso de enseñanza-aprendizaje de los niños.
Por medio de las canciones infantiles y que han pasado prácticamente de generación en generación, los pequeños cantan, hacen gestos corporales y faciales que les permiten disfrutar y convivir con sus compañeros, sentir más dinámica la clase e incluso, incrementar su vocabulario, desarrollar su creatividad e imaginación, mejorar su concentración (sobretodo con música clásica) y optimizar su coordinación corporal.
Algunos estudios sugieren también que la música hace más fácil la adquisición de un segundo idioma.
Cante con sus hijos con frecuencia
Cuando cantan con o para sus hijos, estimulan lazos afectivos, ayudan a que el niño se sienta alegre, animado, confiado, le dan oportunidad de expresarse y conocer sus sentimientos, además de conocer qué géneros musicales son sus favoritos. Cantarle en las noches, puede hacer que el niño duerma cómodo y seguro, sin temores.