Mientras se realizaba un despliegue de búsqueda, ellos sin saber lo que habían ocasionado permanecían en sus casas. William Guillermo Ábrego, de 13 años, Samir Rubio y Melquisedec, de 12 años, como de costumbre salieron de sus casas, ubicadas en la 9 de Enero hacia la cancha de la USMA y se disponían a jugar fútbol. William llevaba su bicicleta, a la cual le había comprado unos rines nuevos y junto con Samir cruzaban el río Mataznillo. Según contó, sólo era un pequeño charco que conlinda en la parte de atrás de Condado del Rey, pero en cuestión de segundo se les venía encima una cabeza de agua. "Yo preferí salir huyendo y dejar la bicicleta, porque primero era mi vida", dijo. Mientras, el pequeño Melquisedec gritaba asustado a la orilla del río. Un morador del área vio la situación y alertó a SINAPROC, pensó que los niños habían sido arrastrados por la corriente. La búsqueda inició a las 2:45 y las unidades de rescate recorrieron el río saliendo a la Transítmica sin mayores detalles de los niños. Sólo una pelota que se pensaba era de ellos, fue lo que encontraron. La preocupación de las autoridades de SINAPROC era evidente, nadie quería otra desgracia más. Pero luego de tres horas de búsqueda, unos policías los ubicaron caminando hacia sus casas. Cuando DIAaDIA visitó ayer en la noche las residencias de estos jóvenes, sus padres y ellos desconocían todo lo que habían provocado.

Sus padres señalaron que no les echaran la culpa, porque sus hijos salieron a jugar fútbol, pero jamás pensaron el peligro que habían pasado.