A los conductores no hay nadie que los pare, ni la autoridad; ayer a mediodía, en el semáforo de la vía Fernández de Córdoba y la Vía España, el conductor del "diablo rojo" 8B- 3668 abandonó su carril para pasarse al contrario, y cuando rebasó a un par de carros, nuevamente regresó a su carril. El pavo era quien guiaba al conductor que estaba atravesado en la vía y los demás no tenían modo de pasar. Es necesario que seleccionen bien a los choferes cuando venga el "ideal" nuevo sistema de transporte.