Culpables. Si hay que señalar a un culpable de que El Chorro del distrito de La Chorrera no tenga la belleza y el esplendor que antaño gozaba, es a los chorreranos, quienes se han encargado de dañar uno de sus tesoros más preciados.

Temístocles Javier Herrera, alcalde de La Chorrera, dijo que los mismos chorreranos tiran el aceite de los carros al desagüe, la basura al río y construyen los tanques sépticos en las riberas de El Chorro sin las medidas correctas.

Explicó que ya se iniciaron las conversaciones con varias instituciones y empresas privadas del distrito, con el fin de crear un comité para sanear y rescatar este sitio. Mientras se forma ese comité, limpiarán toda el área cercana y el mismo chorro, para ver si así las personas y las instituciones se animan a salvar el mayor símbolo turístico del distrito, dijo Herrera.

El funcionario aclaró sobre las denuncias hechas por los chorreranos de que las ganaderías y las porquerizas, ubicadas en las riberas de El Chorro son las responsables de la contaminación, que la mayoría de estas empresas cumplen con las exigencias de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM). Aunque el alcalde no precisó qué se va a hacer para salvar El Chorro, reconoció que para esto se necesitan varios millones de dólares.