
La maestra Yarissa junto a su pequeño hijo.
Fotos: JESUS SIMMONS
La maestra Yarissa junto a su pequeño hijo.
Fotos: JESUS SIMMONS
La maestra Yarissa junto a su pequeño hijo.
Fotos: JESUS SIMMONS
Está pendiente de todo en el aula.
Los niños son obedientes y aprenden muy rápido.
Los estudiantes la quieren mucho.
Es muy paciente con sus niños.
La maestra Yarissa junto a su pequeño hijo.
Fotos: JESUS SIMMONS
Está pendiente de todo en el aula.
Los niños son obedientes y aprenden muy rápido.
Los estudiantes la quieren mucho.
Es muy paciente con sus niños.
La maestra Yarissa junto a su pequeño hijo.
Fotos: JESUS SIMMONS
Está pendiente de todo en el aula.
Los niños son obedientes y aprenden muy rápido.
Los estudiantes la quieren mucho.
Es muy paciente con sus niños.
La maestra Yarissa junto a su pequeño hijo.
Fotos: JESUS SIMMONS
Está pendiente de todo en el aula.
Los niños son obedientes y aprenden muy rápido.
Los estudiantes la quieren mucho.
Es muy paciente con sus niños.
La maestra Yarissa junto a su pequeño hijo.
Fotos: JESUS SIMMONS
Está pendiente de todo en el aula.
Los niños son obedientes y aprenden muy rápido.
Los estudiantes la quieren mucho.
Es muy paciente con sus niños.
Ama enseñar. Lidiar con 39 niños no es nada fácil, pero para la maestra de primaria Yarissa Aparicio, de 29 años, es una tarea que realiza con mucho amor.
Cuando ingresó a la universidad, se dedicó a la carrera de Docencia, aunque no era su vocación, pero cuando comenzó a interactuar con los profesores y compañeros, le empezó a gustar.
Su primera experiencia la tuvo en un programa que hizo uno de sus profesores en la universidad, quien tenía una pequeña escuela.
Allí tuvo la oportunidad de dar sus primeros pininos, pues le enseñaba a adultos y niños todo lo que había aprendido en el aula.
Ahora sus energías las enfoca en su trabajo, en la escuelita Adonai Kids Pre School, ubicada en Santa Clara de Arraiján, donde atiende a 39 niños.
Para esta abnegada educadora la experiencia que ha tenido en Adonai ha sido muy linda, por lo que el otro año piensa volver.
Lo que más le gusta de su trabajo es que puede darle clases a su hijo y a la vez estar pendiente de él, pues estudia en el kínder donde ella trabaja.
Como quiere crecer en su profesión, piensa seguir estudiando, por lo que entre sus metas está cursar una Maestría en Educación Inicial.
Sabe que con las responsabilidades de su trabajo y las de su hogar no será nada fácil, pero es consciente de que todo lo que se proponga lo conseguirá.
Para Yarissa no hay nada más emocionante que poder formar y educar a los niños que son el futuro del país, por eso no se ve haciendo otra cosa.