Su corazón palpita al ritmo del ir y venir de la frágil y pequeña pelota, que se pasea en cuestión de segundos de un lado al otro de la red.
Omer Avital entra en una especie de "trance" cuando juega al tenis de mesa o ping pong. Y no es para menos, porque esta disciplina requiere de mucha concentración, ya que el mínimo descuido puede costar un punto y hasta un partido.
A sus 13 años, esta promesa ya sabe lo que es el éxito: en el pasado Campeonato Centroamericano de Tenis de Mesa de la categoría infantil, ocupó la segunda posición.
"Quiero seguir representando a Panamá, ganar torneos internacionales, seguir practicando y practicando", indicó Avital, de descendencia hebrea.
Fue en su colegio, el Instituto Albert Einstein, donde esta raqueta empezó a interesarse por el ping pong. "Inicié a jugar a los once años cuando en mi escuela pusieron mesas. Mis amigos, mis entrenadores, mis padres, me han motivado a seguir adelante en este deporte", destacó Avital, quien se entrena en la Academia Panamá Ping Pong, ubicada en Calle 44, Bella Vista.
HABLA EL ENTRENADOR
Rubén Rivera, uno de los entrenadores de Avital, destacó que su pupilo "tiene muy buen potencial" y que "la próxima meta es convertirlo en campeón centroamericano Sub-15".
Reveló que Avital asistirá a los campeonatos Latinoamericano (en diciembre próximo) y Centroamericano Infantil (en enero de 2008). Ambos se llevarán a cabo en Guatemala.
"Nuestro objetivo es foguearlo y convertirlo en un atleta de alto nivel. Él es un jugador muy aguerrido, le pone mucha intensidad a los partidos. Tiene una voluntad de ganar que no se quiebra tan fácilmente", comentó.
SU MAYOR ANHELO
Avital se entrega a los entrenamientos semanalmente. Su sueño -confiesa- es llegar a estar entre los grandes. Emular a estrellas del ping pong como el chino Kong Linghui (doble campeón olímpico) es lo que quisiera la "esperanza hebrea" del tenis de mesa panameño.
LA PROMESA...
El pequeño Avital empezó a practicar el ping pong en su escuela. Hoy por hoy, es el número uno dentro de su categoría.
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