Canastas para los padres

Gabriela Herrera | DIAaDIA

Sobre el tabloncillo, Marlon Worrell frota la pelota de básquet como si de una lámpara mágica se tratara. Él sabe que esa esfera de 24 cm de diámetro y 68 de circunferencia puede acabar con sus necesidades.

En cada tiro, en cada penetración al área pintada, en cada jugada hay un pensamiento, un deseo: ser alguien. Y como todos, tiene una dedicatoria: a Dios, a los padres que no están y a la abuela que lo es todo.

Las gotas de sudor se escurren sobre el rostro de Marlon, mientras su mirada se posa sobre algún punto en el gimnasio de los Kiwanis, en Clayton. Sin duda, la grabadora aporta presión y ahogo. Conclusión: es más fácil y liberador jugar baloncesto que hablar.

PADRES

La vida no es fácil y Marlon lo sabe, pues a sus 18 años ha tenido que reponerse a la pérdida irreparable de sus padres, pero encontró en su abuela Micaela Bliss el consuelo para levantarse y seguir caminando.

Él, al igual que muchos panameños, fue víctima de la violencia que azota el país, la misma que se llevó a su padre de quien heredó el nombre, y una afección pulmonar le arrebató a su madre Lizbeth.

"En ese momento estaba mal, pero mi familia me apoyó, me concentré en el deporte y los estudios. Gracias a Dios estoy aquí", indicó.

Marlon vive en Calidonia con su abuela Micaela, quien es jubilada y quien lo apoya en todo, al igual que sus tíos: "En cada torneo que voy a jugar, pienso en ella, en Dios para que me ayude y en mis padres", manifestó.

SELECCION

Marlon salió campeón con el Gastón Faraudo P., en el intercolegial de baloncesto Kiwanis, y pronto representará a Panamá en un campeonato en Colombia, donde habrá equipos de varios países y él tiene una meta: que los buscatalentos lo vean y así poder jugar profesionalmente, ¿dónde?, cualquier liga es buena.

El armador de la preselección juvenil comentó que desde niño le gustó el baloncesto e ingresó al Gastón porque, según él, apoyan el deporte.

"Voy a jugar con la selección juvenil, es una vitrina para que te vean. Le pido a Dios que me ayude en el baloncesto para seguir adelante, lograr una beca para jugar fuera de Panamá para ayudar a mi familia y tener un hogar", precisó.

ENTRENAMIENTOS

Marlon no es un jugador de gran estatura, situación que compensa con un juego pícaro y sus lanzamientos de dos y tres puntos, casi siempre certeros, producto de los 50 lanzamientos que realiza diariamente en la cancha del barrio donde también trata de orientar a los más pequeños para que, igual que él, no desvíen el camino.

ESTUDIOS

El joven armador del Gastón estudia Turismo, profesión que espera ejercer.

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