Tumbas de personalidades, abandonadas en La Chorrera

La tumba de unas seis personalidades chorreranas se encuentran en completo abandono, mientras que son pocas las que se mantienen limpias y bien pintadas todo el año en el Cementerio Municipal de este distrito.

La tumba de don Leopoldo Castillo, primer alcalde de La Chorrera, quien fue poeta y escritor y el primer maestro de este lugar, tiene su nombre escrito con un pincel, mientras que sus marchitas flores permanecen llenas de moho.

En otra un poco más adelante, yacen los restos de Juana Bautista de La Cova, ciudadana que era propietaria de todas las tierras que hoy se conocen con el nombre de La Chorrera. En ese tiempo la bautizó, casi al borde de su muerte, con el nombre de El Valle del Caimito. Nada de esto está plasmado en su tumba. Su mausoleo permanece en el olvido como un monumento más a la desidia ante el paso de tiempo.

En la parte alta de la cruz, solamente hay un escrito que dice Juana. No hay fecha, ni apellido ni nada más.

Otra de las tumbas que están olvidadas es la de Victoria Spinay, nombre que lleva una escuela primaria en La Chorrera.

El mausoleo que alberga a miembros del benemérito Cuerpo de Bomberos del área, a escasos días del 2 de noviembre, aún tenía moho, estaba sucia y opaca. Faltando al lema de Disciplina Honor y Abnegación con sus próceres.

Las que sí permanecen impecables durante casi todo el año son las tumbas de Pedro Pablo Sánchez y José María Barranco, maestros abnegados de la época y cuyos nombres los llevan dos prestigiosos colegios del lugar.

También está muy bien cuidada la tumba de Valdomero González, alcalde de La Chorrera.