Marjorie Muñoz soñaba con desfilar en fiestas patrias. Hoy, 3 de noviembre, su sueño se hará realidad por toda la Calle 50, pues celebrará los 105 años de Separación de Panamá de Colombia con una elegante pollera de gala. Además, portará una cinta tricolor, por ser cuadro de honor, en el colegio María Ossa de Amador.

La niña cuenta que años atrás no se perdía los desfiles del 3 y 4 de noviembre. "Siempre le preguntaba a mi mamá si algún día yo iba a poder desfilar, ya que me llena de emoción escuchar los tambores y las tonadas que marchan las diferentes escuelas", relató.

Su madre, Cecilia de Muñoz, dice que la pequeña está ansiosa por salir a marchar y lucir el traje típico nacional.

Cecilia se organizó desde que le dijeron que su hija tenía que desfilar. "Hice algunos ahorros para poder comprarle la pollera y las prendas, dijo Muñoz, quien reveló que no tenían nada y lo fueron comprando poco a poco.

"La pollera la conseguimos de segunda en el interior. Tuvimos que cambiarle el color de las cintas a rojo para que desfile el 3 y en la noche tengo que volverlas a cambiar, porque el 4 desfila de otro color".

EL CORRE, CORRE

Afirma que tenía todo bajo control, pero que siempre al final algo pasa. "Uno de los collares de la pollera se rompió a última hora y tuve que comprarlo de nuevo. Mi hija no paraba de llorar, porque pensaba que no lo íbamos a conseguir, pero gracias a Dios lo encontramos", manifestó. Aunque ya se concreta ese sueño, Marjorie adivirtió que cuando sea grande quiere ser batutera.

El ajetreo de las fiestas patrias no sólo es para los padres y sus hijos, sino también para los comerciantes. Marlon Daniels tiene un puesto de confección de faldas de pollera en la bajada de Salsipuedes y narró que no ha tenido descanso. "Tengo muchos encargos para fiestas patrias, el panameños lo deja todo para el último momento", afirmó.

NO BAJAN LOS PRECIOS

Por su parte, Rosie Sarmiento vende las babuchas para la pollera y explicó que esta es la mejor temporada del año, aunque también la más cara, puesto que los proveedores suben los precios. Sin embargo, Rosie trata de no hacerlo, pues sabe que el bolsillo del pueblo está golpeado.

YA LO HAN VIVIDO

Por otro lado, la señora Elizabeth Aravalla contó que todos los años su hija desfila y siempre está en corredera. "Todos los años pasa lo mismo, por más que uno trate de tener todo a tiempo siempre algo se queda por fuera", expresó la señora, mientras buscaba unas botas para el uniforme de su hija.

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