Él era un transportista, manejó bus y taxi, luego trabajó para una empresa distribuidora de guineos y a partir de allí, nació la idea de incursionar en la venta de tan codiciada fruta.

Ese es Eliborio Díaz, de 60 años, un chiricano que a pesar de las adversidades, sigue vendiendo guineos en la isleta de la vía La Amistad, en Betania.

Cuenta que su faena en estas lides, se inició luego de conocer a los vendedores de guineo cuando distribuía el producto en un auto por las calles. Luego de dos meses, surgió la idea de vender guineos, papayas, melones y otras frutas naturales.

Empezó frente al Colegio Chino Panameño, donde estableció un kiosco desde el 22 de octubre de 1994. En febrero de este año, le removieron el kiosco de manera "injusta". Trabajó por un tiempo bajo contrato, pero no le renovaron y ahora tiene una mesita con guineos un poco más adelante de donde estaba antes.

Eliborio padece de diabetes, y con lo poco que gana debe pagar sus medicamentos, el alquiler de su cuarto en Arraiján y mantenerse. Obviamente, ahora las ventas han bajado en un 50%.

A pesar de su enfermedad, este señor desea seguir trabajando hasta cuando su diabetes se lo permita, pues no quiere ser una carga para la sociedad. Su puesto es su medio de subsistencia, espera que así lo entiendan las autoridades.

De lunes a sábado se levanta desde las 3:30 a.m. para salir de su casa, empieza a vender a las 6 de la mañana y termina a las 4 de la tarde. Los domingos se queda en casa descansando.