Canto a la Bandera


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Se detuvo el mancebo en la rampa, frente al mar

transparente. Comenzaba a brillar la mañana. En una

de las naves de Aguadulce fondeadas en el puerto, hercúleo marino de color de bronce -cantando un alegre cantar de

aldea- enarbolaba el pendón tricolor del Istmo.

El mancebo sintióse inquieto de entusiasmo: el

entusiasmo le hizo poeta y le inspiró este canto:

¡Ved cómo asciende sobre el mar la enseña

que refleja en sus vívidos colores

el mar y el cielo de la patria istmeña!

¡Mirad...! ¡Es la bandera panameña,

vistosa cual gentil manto de flores!

¡Ved cómo asciende al mástil del velero

serpenteando con lánguida armonía

bajo la luz del matinal lucero,

mientras canta fornido marinero

con ruda voz, canciones de alegría!

El céfiro de Ancón, puro y fragante

como beso de virgen, acaricia

la tenue seda del pendón flotante

y tierno idilio sobre el mar sonante

con el céfiro la bandera inicia.

¡Bandera de la patria! ¡Con celajes

de púrpura encendida, con pedazos

del cielo de los ístmicos paisajes

y de marina espuma con encajes

tejieron nuestras vírgenes los lazos!

¡Bandera de la patria! Las estrellas

en tus colores su fulgor derraman

perennemente vívidas. Por ellas,

los hombres duros, las mujeres bellas

¡en patriotismo férvido se inflaman!

¡Ellas, en nuestros fuertes corazones,

la llama avivarán del heroísmo,

cuando al grito marcial de los cañones,

enemigo clarín vibre canciones

bajo el ardiente sol de nuestro Istmo!

Ellas reavivarán en nuestras almas

amor por nuestras fértiles campiñas

sembradas de naranjos y de palmas,

donde -tras de luchar- núbiles niñas

nos ceñirán de mirtos y de palmas...

¡Bandera de la patria! Sube...,sube

hasta perderte en el azul... Y luego

de flotar en la patria del querube;

de flotar junto al velo de la nube,

si ves que el Hado ciego

en los istmeños puso cobardía,

desciende al Istmo convertida en fuego

y extingue con febril desasosiego

¡a los que amaron tu esplendor un día!

 
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