El torneo Clausura de la ANAPROF está por finalizar y fueron muchas las alegrías, pero más los sinsabores que dejó.
Este año no fue el mejor y eso es algo que deberán reconocer los miembros de la Junta Directiva. Si bien es cierto que a la final clasificaron dos clubes con tradición, que atraen mucho público y que mañana quizás terminarán de protagonizar una de las mejores finales del fútbol, también es cierto que durante el período que duró la competencia hubo bastante desorganización y se continuaron aplicando medidas que en nada favorecían el desarrollo del evento futbolístico que se supone es el de mayor categoría en el país.
Desde la pasada temporada, el propio público viene pidiendo iniciativas que incentiven la asistencia a los partidos, pero los dirigentes hicieron caso omiso a la petición y continuaron experimentando bajas entradas. Esto en parte, se debió a los horarios en que se programaron muchos encuentros, algunos a mitad de semana y en horas laborables, y otros muy entrada la noche.
Por otro lado, no se mejoró la calidad del arbitraje y para terminar de rematar se quedaron sin un vocero de prensa que informara a tiempo los resultados de los cotejos. Señores, 8:30 p.m. es muy tarde, sobre todo cuando los partidos habían terminado dos horas antes.
Es importante que los directivos empiecen a analizar desde ahora los pro y contra que les dejó el torneo, para que en la próxima temporada la realidad sea otra.
|