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Viejo es el viento...
Mariano Rivera.

Nueva York | EFE

Noche histórica e inolvidable para el béisbol latinoamericano con el cerrador panameño Mariano Rivera, como el gran símbolo ganador de los nuevos campeones de la Serie Mundial, los Yanquis de Nueva York.

Una vez más y por cuarta vez, Rivera iba a encargarse de sacar el último "out" de la Serie Mundial y dar paso a la celebración por parte de los Yanquis de su vigésimo séptimo título del "Clásico de Otoño".

Rivera, que el próximo 29 cumple 40 años, completó a la perfección el ritual de asegurar la victoria en el sexto partido, que vencieron por 7-3 los Yanquis para ganar 4-2 la serie al mejor de siete.

Después de nueve años de espera desde que ganó en el 2000 su cuarta con los Yanquis, que era la tercera consecutiva, Rivera pudo cerrar una temporada muy especial en la que el pasado junio también logró la marca de los 500 salvamentos.

"Qué puedo decir, que ha sido un año espectacular, de bendiciones, bastantes luchas, retos y al final tuvimos la paga que merecíamos", declaró Rivera, del que ya hay pocas cosas por decir en cuanto a todo lo que muestra desde el montículo y como persona.

Mientras los cerradores estelares de las mayores mostraban inconsistencia y debilidad en la fase final como ocurrió con Joe Nathan y Brad Lidge, Rivera exhibió nuevamente que es un fuera de serie cuando recibe la bola en los momentos de más presión en un juego.

"No siento absolutamente nada en el montículo. Estoy tan concentrado que no escucho ni pienso nada. Sólo sacar tres "outs" lo más rápido posible", puntualizó Rivera.

Su frialdad y control fue lo que le permitió cubrir cinco episodios y un tercio durante sus cuatro salidas en la Serie Mundial para no permitir anotaciones y dejar en 0.99 su promedio de carreras limpias admitidas desde que empezó a lanzar en el clásico.

Rivera tuvo que necesitar 41 lanzamientos en el sexto partido ante los Filis, algo que nunca había sucedido, pero el resultado final fue el mismo, sacó los cinco últimos "outs" sin permitir anotación y asegurando la victoria.

El relevista panameño dijo que había muchos motivos para no sólo lanzar bien sino estar más concentrado que nunca, sin cansancio y confiado en la victoria.

"Es una noche muy especial, porque pudimos ganar aquí en Nueva York y en el primer año en el estadio nuevo", declaró Rivera. "No hay nada mejor que eso".

Rivera todavía tiene un año más de contrato con los Yanquis y la gran interrogante es conocer que va a hacer después, porque el equipo ya le ha dicho que no quieren que se retire ni se vaya a ninguna otra parte.

"Ellos no quieren que me retire y yo no me quiero ir", aclaró Rivera. "Esto es motivo para seguir ... vamos a esperar, todavía tengo un año de contrato y ahora deseo descansar y disfrutar del gran triunfo conseguido".

LANZAMIENTOS

Mariano Rivera tuvo que necesitar 41 lanzamientos en el sexto partido ante los Filis de Filadelfia.





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