Superando obstáculos. El tener una discapacidad e ingerir medicamentos de por vida para controlar su salud y llevar una vida plena en sociedad no fue impedimento para que Dixie de Degracia estudiara y luego trabajara como hasta el momento lo hace en el Taller de Piñatas del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE), para aportar al engrandecimiento de su país y vivir una vida digna en igualdad de condiciones.
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Desde que tenía 9 años de edad, sus padres la llevaron a este centro para que estudiara una carrera y así fue. Hoy es toda una profesional en el arte de la costura y de las piñatas. Recuerda que cuando era pequeña muchas personas se acercaban a su mamá y le decían: “Lleva a tu hija al IPHE porque ella no es como los otros niños, además ya ha repetido el mismo año escolar en varias oportunidades”. En efecto, gracias a esa decisión puede decir: “Soy una costurera de profesión y tengo 34 años haciendo piñatas”.
En otras palabras, a sus 56 años es toda una experta en lo que hace y espera jubilarse el próximo año.
LOS PRIMEROS AñOS
La mayoría de las personas cuando empiezan a laborar en una empresa lo que más anhelan es conocer cuánto se va a cobrar, pero para ella eso era lo de menos. “Empecé en el taller de costura ganando B
10.00; eso para mí, en aquel entonces, era una suma bastante alta porque vivía con mis padres. Gracias a Dios, hoy la realidad es otra, porque gano casi B/600.00 dólares al mes”, compartió la entrevistada.
Comparte los gastos
Para ella, la vida no es nada fácil, porque con lo que gana debe compartir los gastos con su esposo Pedro Degracia, quien presenta pérdida auditiva y está jubilado de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
“En la casa tengo que pagar el agua, la luz y el teléfono, además de aportar algo para la comida, porque mi esposo paga en su totalidad la casa”, profirió Dixie, quien afirma que la canasta básica ha aumentado consideradamente en estos días.
RESPONSABLE
Cada día, Dixie de Degracia se levanta a las 3: 30 a.m. para prepararse e ir a su trabajo.
