
Lisbeth dijo que su papá era conocido por toda la comunidad por su apodo de “Chiricano” o “Papi”. Foto: EVERTON LEMON
Lisbeth dijo que su papá era conocido por toda la comunidad por su apodo de “Chiricano” o “Papi”. Foto: EVERTON LEMON
Lisbeth dijo que su papá era conocido por toda la comunidad por su apodo de “Chiricano” o “Papi”. Foto: EVERTON LEMON
Otro de los hijos de Troch afectado por la mala noticia.
Las lámparas de la calle están rotas.
Lisbeth dijo que su papá era conocido por toda la comunidad por su apodo de “Chiricano” o “Papi”. Foto: EVERTON LEMON
Otro de los hijos de Troch afectado por la mala noticia.
Las lámparas de la calle están rotas.
Lisbeth dijo que su papá era conocido por toda la comunidad por su apodo de “Chiricano” o “Papi”. Foto: EVERTON LEMON
Otro de los hijos de Troch afectado por la mala noticia.
Las lámparas de la calle están rotas.
Lisbeth dijo que su papá era conocido por toda la comunidad por su apodo de “Chiricano” o “Papi”. Foto: EVERTON LEMON
Otro de los hijos de Troch afectado por la mala noticia.
Las lámparas de la calle están rotas.
Lisbeth dijo que su papá era conocido por toda la comunidad por su apodo de “Chiricano” o “Papi”. Foto: EVERTON LEMON
Otro de los hijos de Troch afectado por la mala noticia.
Las lámparas de la calle están rotas.
Estos sueños fueron truncados, la madrugada de ayer, cuando Troch, quien se dirigía hacia su trabajo como agente de seguridad en Llano Bonito, fue atacado por delincuentes quienes le propinaron múltiples puñaladas hasta asesinarlo para robarle.
El cuerpo del hombre quedó contra la cerca de una iglesia en el sector de Calle 4.ª en San Antonio de Tocumen. Los bolsillos de los pantalones de Troch estaban al revés en el afán de los delincuentes de encontrar dinero.
Fue un taxista que pasó en la madrugada quien divisó el cadáver y dio aviso a la Policía.
Fue a las 7:30 a.m. cuando la triste noticia tocó a la puerta de Felicidad, esposa de Troch. Ella, junto con sus hijos, fueron al lugar y sumergidos en el llanto trataban de buscar fuerzas, para pasar el trago amargo de que su esposo y padre de sus hijos estaba muerto.
Lisbeth Troch, hija del occiso, dijo que su padre trabajaba para tener a su madre bien y siempre les pedía que cuando él no estuviera la ayudaran en todo como buena esposa que es. Esta familia pide justicia, pues Troch era una persona trabajadora que no merecía morir de esa manera.