Le truncaron su vida para siempre y ahora le dieron una "bicoca" de indemnización.
Marcos Figueroa, de 26 años, se mantiene postrado en una cama, producto de una parálisis cerebral, luego que fuese atropellado hace dos años en La Gran Estación de San Miguelito.
Su padre, Alejandro Figueroa, explicó que aquel día su hijo había salido de su casa en la Unión Santeña, de Chimán, para visitar a su madre en el Hospital Santo Tomás y en el accidente su cabeza se golpeó con el parabrisas, provocando una hemorragia interna causante de la parálisis. En dicho nosocomio estuvo dos meses y por infección perdió un pulmón. Le hicieron una traqueotomía para respirar, se alimenta por una sonda y hace sus necesidades por una bolsa. Marcos tiene una hija de 6 años que vive con él. La familia no cuenta con recursos para los medicamentos.
La lejanía de este pueblo le impide acudir a los controles médicos. En el juicio le dieron sólo 5 mil dólares de indemnización.
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