Arrancó la operación "Bombillo" en la capital, pero no todo es alegría. Ayer, en la barriada 9 de Enero, los cambiadores de focos e inspectores no solo se tuvieron que enfrentar a algunas disconformidades de los residentes, sino a los perros que custodiaban las viviendas.

Al consultarle a uno de estos ciudadanos cuánto se ganaba, respondió: "salario mínimo na' más y mientras dure la operación". Otras de las incidencias fue el caso de Berta Carrión, a quien no le cambiaron ningún bombillo, pues no tenía focos amarillos en su casa. Ella mostró su disgusto con los cambiadores, pues nadie le daba respuesta. "¿Qué van a hacer con los focos que no dejaron en su casa si el Presidente anunció que esos focos eran para el pueblo?", preguntó.

En otra vereda estaba Johana Rodríguez, quien dijo estar satisfecha con el cambio, pero solicitó al Gobierno llegar a un acuerdo con las empresas distribuidoras de energía para bajar el costo de la electricidad.

Ante la noticia de que supuestamente cinco focos similares a los que se están cambiando de casa en casa, habían ocasionado incendios en la capital, la Oficina del Cuerpo de Bomberos aclaró que los focos ahorradores cumplen con las disposiciones legales en materia de seguridad y no guardan relación con algunos incendios ocurridos este año. Además, estos dispositivos han sido verificados física y tecnológicamente por especialistas.