Cada día es un suplicio. Muchas personas se quejan de la falta de agua, pero para la familia Jaramillo, residente en la calle Turín en Samaria, el agua es precisamente su más grave problema, pues su casa está ubicada a la orilla de una quebrada que se ha llevado el muro, y el agua cubre parte de los cimientos; además, el mal olor es su vecino eterno, la basura y hasta animales muertos que algunos tiran en el lugar.

Según Verónica Cuestas, en la casa residen 15 personas y cada vez que llueve tienen el temor de ser arrastrados por la creciente de la quebrada. "Si llueve de noche, no podemos dormir, como la quebrada crece tanto que se sube sobre el puente, en un momento dado puede arrastrarnos a todos", dijo la afectada.

La situación económica no les permite construir un muro como el que se necesita, y según Verónica, han solicitado ayuda a las autoridades y no reciben respuesta, y la situación es muy delicada y preocupante.

La constante lucha que tienen con el agua durante la época de lluvia, les da la fortaleza de seguir suplicando a las autoridades que les den la mano, antes de que ocurra un desastre y haya vidas que lamentar.