Muchos ganaron, pero otros no vendieron ni una artesanía.

La calma y la tranquilidad reinaron en el Paseo de Las Bóvedas en San Felipe, donde una decena de artesanos exhibe sus productos a los nacionales y extranjeros, cuando se lo permiten.

Aunque pensaron que las fiestas patrias les traerían beneficio, fue lo contrario, pero no se dejaron vencer y sacaron a ventilar los cuadros, molas, colecciones de monedas, para ver si los tres gatos que pasaban se entusiasmaban en comprar algo.

Carlos Santana, uno de los fundadores de estar en el área, destacó que para estos días "se vende poquito", pero que por el 15 de diciembre bajan más las ventas, porque el turista no viaja para guardar dinero, a fin de pasar las fiestas con su familia.

"Además, están empezando a meter las tiendas artesanales, pero nosotros que tenemos un promedio de 200 dólares de entrada, no podemos alquilar un local de esos", recalcó.

"Este negocio no es para llenarse los bolsillos, es sólo un medio para sobrevivir, pero la gente piensa que es rentable", agregó.

En tanto, recuerda cuando estaba solo y le iba un poco mejor, pero poco a poco se fue inundando el área de indios kunas, que al igual que él, buscan un sustento.

Afanado con el pincel, en otro extremo estaba el profesor Balbino Soo, quien aprovechó sus días libres para inspirarse en el Casco Antiguo para hacer nuevos lienzos y, de paso, buscarles compradores.

PERDURA

Un problema latente es el hecho de que no los dejan vender sus artesanías en el sector de San Felipe.