Quien controla la empresa debe ser capaz de aplicar técnicas de gestión eficaces, de prestar oídos sordos a las peleas entre familiares y tener la personalidad necesaria para hacer prevalecer sus decisiones. También puede recurrirse a un consultor externo.
Aunque se trate de una empresa familiar, las personas que van a trabajar en la empresa deben ser capaces. Uno de los peores errores que se cometen es la contratación de personal no calificado.
Los números siempre deben sustentar los gastos que se tengan. Lo más probable es que se den diferencias entre los socios porque puede haber algún gasto innecesario o que atenta contra el patrimonio familiar.
La opinión de otras personas que estén desarrollando un proyecto similar puede ser de gran ayuda.