El museo está abierto de lunes a viernes. (Foto: JESÚS SIMMONS / EPASA)
Jesús Simmons
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Único. En un pequeño cuarto, ubicado en el segundo piso de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá, hay un museo erigido a la criminalidad. Con solo entrar, los visitantes sentirán un ambiente de misterio, ya que podrán apreciar máquinas para el martirio que, en su momento, fueron utilizadas para causar las más terribles torturas.
El visitante, con sólo girar su cuerpo, ante su mirada le aparecen los atemorizantes escudos, las mangueras, toletes, esposas y bombas lacrimógenas que utilizaron los temibles "Dobermans" de las extintas Fuerzas de Defensa para reprimir las manifestaciones que se daban en el país en los años 80.
En su reducido espacio, este museo tiene en exhibición todo acerca de la droga más común y conocida: la marihuana; hasta explica y plantea el aborto, tema del que se puede aprender a través de los fetos con diferentes semanas de gestación que están muy bien conservados dentro de unos frascos.
Si se lo proponen, las personas que visiten el lugar, más que observar toda clase de armas que son utilizadas para cometer un delito, aprenderán cómo los criminólogos panameños manejan los casos más sonados en Panamá.
La creadora de este singular museo es la profesora Marcela Márquez, quien explicó que la mayoría de las piezas han sido donadas, pero lo que hace especial el museo, es que muchas de las armas que se encuentran en exhibición fueron usadas en homicidios reales ocurridos en el medio.
SU OBJETIVO
La finalidad del museo es didáctica porque cada pieza tiene sus referencias históricas; además, tiene historias de asesinatos famosos cometidos en Panamá y que aún no han sido resueltos, como el del presidente José Antonio Remón Cantera o el del padre Héctor Gallegos. Este museo está abierto de 8: 00 a.m. a 5: 00 p.m., de lunes a viernes, y puede ser visitado por cualquier persona que quiera conocer un poco sobre la criminalidad en Panamá, y lo mejor es que la entrada es gratuita.
ATRACTIVO
Hay artículos elaborados por los privados de libertad del antiguo penal en la isla de Coiba y piedras de la desaparecida cárcel Modelo.