La refrigeradora es uno de los principales consumidores de energía de una casa; pero para que no le resulte un despilfarro, conviene supervisar de vez en cuando algunas cositas como:
Compruebe que la puerta cierre perfectamente. Para averiguarlo, interponga una hoja de papel cuando la cierre: si se cae o si de desliza al tirar de ella, quiere decir que debiera cambiar la goma de la nevera, pues este defecto provoca un mayor consumo de energía. Acomode los alimentos en forma tal que permita una mejor circulación del aire frío por el interior de la nevera. Verifique la correcta posición del termostato: sitúelo entre los números 2 y 3; así tendrá el enfriamiento adecuado.
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