El pollo es contiene más proteína que el resto de las carnes blancas.
Marlene González
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El pollo es una de las carnes blancas con más proteína, se destaca por su alto contenido en vitamina B3 y ácido fólico, aunque posee mayores cantidades de hierro y zinc.
Las vísceras administran importantes cantidades de colesterol, su aporte mineral y vitamínico es altísimo, sobre todo, en vitaminas A, C y B12. Cada pieza del pollo posee propiedades nutricionales diferentes.
A la hora de escoger el pollo, compruebe que tenga un color uniforme (blanco o ligeramente amarillento). La piel no debe presentarse pegajosa, los muslos deben estar provistos de carne y los ojos estar brillantes, no se conserva en el refrigerador más de dos días. Conviene cubrirlo con papel de aluminio antes de meterlo dentro. Si se cocina de inmediato, puedes esperar hasta cuatro días para consumirlo. Si no se va a cocinar nada más comprarlo, lo mejor es congelarlo.
Entre las partes del pollo se destacan:
La pechuga sin piel, debido a que es la menos grasa y la parte con menos colesterol.
Los muslos tienen menos proteínas que la pechuga, pero el triple de grasa.
En el mercado local se puede conseguir el pollo en diversas formas como lo son: enteros, picados, con o sin piel. Si compras ciertas partes del pollo como pechuga, muslos, alitas, recuerda que se conservan durante menos tiempo.
Cuando lo lleva a la mesa lo puede hacer de diferentes maneras: frito, asado, guisado, etc.