Llegó a Panamá con deseos de superarse, y lo ha hecho bastante bien.

Isabel Palacio es una mujer de 31 años, que hace unos 4 años llegó a nuestro país y, desde entonces, decidió tener su propio negocio. Ella, junto a su pareja Antonio Bustamante, de 44 años, tienen un puesto de buhonería cerca de la Gran Estación, donde venden pastillas y otras burundangas que tienen buena acogida por los que por el lugar transitan.

Esta nicaragüense dijo que vino a Panamá, porque en su país la situación económica no anda bien. Hizo una comparación entre ambos países y aseguró que por lo menos, en Panamá, se puede conseguir un trabajo honrado y que allá las cosas son muy difíciles, ya que la realidad es que no hay trabajo.

Isabel vive en la barriada San Antonio, comienza su jornada de trabajo desde las 4: 00 p.m. hasta las 3: 00 a.m. los días de semana; el sábado y domingo inicia el trabajo desde tempranas horas de la mañana y la acompaña su abuelo Jorge Artola, quien también la ayuda en la venta de la mercancía.

Afirmó que extraña a sus dos hijas, de 11 y 16 años, que están Nicaragua, pero aseguró que siempre les envía dinero y se comunica con ellas.

PARA VIVIR

El dinero que ganan en este pequeño negocio, por lo menos les alcanza para sobrevivir.