Al menos cuatro millones de británicos tienen fobia a los sanitarios públicos, y el número va en aumento, advirtió la Sociedad Nacional de Fóbicos.
En los casos más agudos, los afectados se niegan a someterse a intervenciones quirúrgicas por no tener que pasar por el trance de usar un retrete ajeno o ser visto entrando o saliendo de instalaciones públicas.
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