No existe una receta mágica para atraer a los jóvenes en futuros lectores que convertir el libro en un objeto familiar y predicar con el ejemplo. La lectura es un hábito que exige disciplina, y le ayudará a sus hijas a tener un mejor rendimiento escolar. Los padres pueden tomar en consideración algunos puntos claves que proponen los especialistas para que sus hijos cultiven este hábito saludable en el hogar:

Es fundamental que los padres cuenten y lean historias a sus hijos pequeños y que comenten las lecturas con ellos cuando ya sepan leer solos. Es difícil que un niño se haga lector si sus padres no leen y no está acostumbrado a ver libros en casa.

Los padres pueden y deben pedir consejo en bibliotecas y librerías especializadas sobre las lecturas más apropiadas para sus hijos. Cuando éstos son adolescentes, es importante recomendarles libros relacionados con sus preocupaciones y dejar que elijan lo que les guste.

Evitar prejuicios es algo en lo que no deben caer los padres, ya que cuando empiezan a leer no le deben dar tanta importancia a la calidad o el prestigio del libro, ya que después aprenderá a seleccionar bien sus lecturas; claro siempre y cuando sea un texto para su edad.

No hay lecturas obligatorias y no es un delito saltarse párrafos o páginas enteras; lo importante es que tenga la curiosidad y se interese por la lectura.