Ni siquiera la Iglesia Católica escapa de la ola de violencia en Panamá. Otra baja se suma a la lista de los guardias de seguridad que han muerto en el cumplimiento de su labor y todo para despojarlo del arma de reglamento.

Alexis Rodríguez Caballero, de 32 años, quien trabajaba en la empresa SEPROSA, se convirtió en el agente de seguridad número 20 asesinado este año, pues a eso de las 5: 30 a.m. de ayer fue hallado sin vida por su hermano, cerca de la silla donde diariamente se sentaba para cuidar el edificio de la Arquidiócesis, ubicado en Carrasquilla, justo a lado de la iglesia De Lourdes. Su hermano también trabaja allí como aseador.

El seguridad tenía cinco heridas de bala: una en cada tetilla, hombro derecho, rodilla izquierda y abdomen. Él fue despojado de su arma de reglamento, una calibre 38.

El Arzobispado está de luto, pues como explicó el sacerdote José Quezada, el joven, que tenía tres hijos y esperaba con ansias mudarse a su casa propia en diciembre, era muy querido por todos.

"Se caracterizaba por ser una persona servicial, sencilla, noble y fiel", dijo el reverendo.

Lamentó cómo se ha perdido el respeto a la vida humana y a la iglesia, por lo que pide a las autoridades que sean severas para evitar que casos como el de Rodríguez sigan ocurriendo. Dijo que Carrasquilla es llamada "zona roja", pero si las personas ponen de su parte buscando de Dios, todo puede cambiar.

Rodríguez estaría libre hoy.

POR EL ARMA

En menos de 20 días han asesinado a dos guardias de seguridad de SEPROSA para robarles el arma. La semana pasada mataron a uno de la agencia Balboa.