Con la primera quemadura, Mercedes perdió uno de sus senos, mientras que en la segunda ocasión se quemó el rostro en su totalidad. (Foto: Elena Valdez / EPASA)
Elena Valdez
| Coclé, DIAaDIA
La vida de Mercedes no ha sido fácil. Ella está condenada a vivir con cicatrices imborrables, pues cuando tenía cuatro años se quemó con agua caliente y la historia se repitió cuando tenía 27 años. Ahora su cuerpo está totalmente quemado.
Se trata de una joven que desde pequeña sufrió. Cuando tenía cuatro años se quemó porque le cayó una paila con agua caliente y, a pesar de las dificultades, ella, su madre y hermanas lograron salir adelante, pero para agravar la situación, cuando tenía 12 años fue violada y de esto salió embarazada.
A pesar de estas circunstancias, tuvo a su primera hija a los doce años, luego, cuando tenía 15 años nuevamente la embarazaron. La pesadilla fue peor aún. Ella, con sus dos hijas, sin dinero y enferma, no sabía cómo salir adelante, por lo que su madre decidió ir a la ciudad capital a trabajar para ayudar a su hija y nietas.
El pasado mes de abril, la pesadilla de Mercedes se agravó, pues le dio un ataque de epilepsia y cayó en un fogón en donde preparaban los alimentos en el suelo. En esta ocasión, se quemó casi toda, y son quemaduras de segundo y tercer grado que la tienen en una situación dolorosa y que la obligan a implorar ayuda, desde la casita en que vive, en El Caño de Natá.
Ella expresa, con dificultad, que necesita una casa, una cama y todo lo que se hace necesario en una vivienda, pero sobre todo, la casa, porque actualmente vive con sus hijas en una casita confeccionada con zinc y el calor es sofocante, especialmente para ella que tiene quemaduras en un 95% de su cuerpo.
La joven madre llora de dolor, de calor y de impotencia porque nada puede hacer por ella y por sus hijas, y para calmar el calor se tira en un piso de un cuarto que tiene, porque con este clima, el calor casi calcina sus heridas y siente un dolor indescriptible, cuenta su hermana.
Para la familia no ha sido fácil, pero, a pesar de todas las adversidades, ella va a las citas porque el esposo de su hermana hace todo lo que puede para transportarla. Sin embargo, ellos ahora piden ayuda para solventar los gastos de operación, hospitalización y medicamentos.