HEURISTICO
Cultura

David Robinson | Colaborador, DIAaDIA

“Cada pueblo de la humanidad tiene una manifestación colectiva propia que pone de relieve un orden de valores, una relación con su entorno y en última instancia, evidencia la capacidad y el conocimiento para mostrar lo sagrado que posee. A la totalidad de esa manifestación es lo que llamamos cultura.”

Adolf Pla

Soy vecino de una piquera de buses, de los famosos diablos rojos, y hace algunos años, en realidad hace muchos años, quedé involucrado en una conversación, que a pesar de todo, fue muy ilustrativa. La discusión giraba en torno a cual era el mejor bus de la ruta. Cada uno de los ponentes daba sus razones para justificar si el Challender IV era mejor que el Yatsuri Iracemia. Los argumentos iban desde mencionar la decoración hasta el sonido de las troneras pasando, por supuesto, por la fidelidad de la música de los estéreos que se les tiene prohibido utilizar.

Increíblemente, la mayor parte de la discusión me mantuve callado, sin opinar, demostrando la más grande de las humildades; pero qué va, la lengua, mi lengua, es necia y no pude resistir la tentación de abrir la boca. Afirmé que a mí me parecía que el mejor bus era el Yacu-mamá. Ese cuento siempre me ha fascinado. Claro está, las miradas reprobatorias y hasta desilusionadas me traspasaron cual muñeco de trapo. Por último, al marcharme arrastrando mi orgullo, escuché a uno de los expertos en diablorogía referirse a mí en los siguientes términos: “Pero que inculto es este hombre”.

¿Pero que inculto es este hombre? ¿Tendría razón? ¿El diablórogo no estaba asumiendo el mismo papel del académico que afirma que los sonetos son una manifestación de la cultura y la décima del folclor? ¿Es que hay una sola cultura?

Si nuestro planeta se caracteriza por la diversidad de ambientes, es de suponer, entonces, que debe haber múltiples formas de interactuar en ellos; es decir, debe haber muchas culturas. El hablar de la cultura como un único ente puede ser un argumento para descalificar aquellas expresiones del quehacer humano que nosotros, pinches seres humanos, no acabamos de entender. ¿Aún tendremos tiempo y espacio para tales actitudes? ¿Qué necesitamos?

David C. Robinson O.

¿Acaso no es hombre de perfecta virtud aquél que no se siente descompuesto ante el hecho de que los demás no notan su presencia?

José Martí

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