Entre frutas y esperanzas
Esmelín Cisneros.

Rubén Polanco | DIAaDIA

Todo lo hace pensando en su familia. "Meli", apodo de Esmelín Cisneros, de 40 años, quien es consciente que ni él, ni los suyos se pueden quedar sin comer.

Por eso, estando sin trabajo, un buen día se le presentó la oportunidad de trabajar en puestos de ventas de legumbres y frutas y no dudó en aceptar.

A partir de allí, empezó su trayectoria como comerciante independiente. Ahora administra un puesto de venta junto a su hermano, ubicado a un costado del Banco Nacional de Panamá, de San Miguelito. En este lugar ya tiene 2 años.

Su trabaja es duro, cansa bastante, según dijo Meli, pero es la única manera de sobrevivir honradamente. "No es que me va bien, pero de aquí come mi familia y como yo", señaló.

Debe mantener a sus dos hijos y su cónyuge que está embarazada. Su faena inicia a las 7 a.m. y termina hasta las 8 p.m., todos los días, es decir casi no ve a sus hijos, pero su sacrificio lo hace por ellos.

Lo importante para Meli es tener un buen producto, fresco, que sea lo mejor, para que los clientes queden satisfechos, "ya que uno depende de ellos".

Su hermano compra la mercancía en el Mercado de Abastos, le pagan a un auto para que les haga el viaje diario.

Es consciente que hay que luchar bastante, porque cada día la situación esta más dura. Le gustaría en un futuro tener un mejor puesto y un vehículo propio para transportar la mercancía.

UNO DE 15

Meli toma un domingo libre cada 15 días, para descansar.

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