El Villarreal se mantiene firme en su pulso con el Real Madrid por el liderato de la Liga y se impuso por 3-2 en un encuentro vibrante, en el que consiguió un trabajada victoria ante un Sevilla que dio la cara pese a jugar en inferioridad numérica toda la segunda parte tras una autoexpulsión de Dani Alves.
Mucho se jugaban los dos equipos en el partido, con los sevillistas en plena escalada en la clasificación y los locales necesitados del triunfo para no perder la estela del Real Madrid tras su victoria ante el Mallorca, por lo que ambos conjuntos saltaron muy concentrados al terreno de juego. La intensidad de la presión al balón por parte de los bandos provocó que se viera poco fútbol en la primera media hora de juego.
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