La sal debe ser parte de nuestra dieta diaria, ya que hace más fácil la digestión, mantiene el nivel de líquidos del cuerpo, estimula el sistema nervioso, la actividad muscular y el perfecto aprovechamiento del potasio, a la vez que regula las pérdidas causadas por el exceso de sudor, vómitos y diarreas, claro está que no en exceso.
Por lo general, los alimentos frescos no contienen sal, aunque algunos presentan sodio de forma natural, como las vísceras y los mariscos.
La mayor parte del sodio que ingerimos se localiza en los alimentos procesados. Antes de comprarlos, para prevenir un incorrecto consumo de sal, es aconsejable revisar la etiqueta inspeccionando su información nutricional.