El ser periodista para muchos será fácil, dirán que eso cualquier persona lo puede hacer. No es así. Yo no me quejo de mi trabajo, porque a pesar de los sacrificios, el ser periodista sigue siendo una bella profesión.

Saber que todos los días del año, sin excepción alguna, estamos tratando de mantener al día a toda una nación que necesita información.

Todos los días escribimos con el corazón, para que la gente se entere de lo que pasa.

Es un mundo de sacrificios, salir de tu casa sólo con un beso de tu esposa e hijos y regresar y verlos a todos dormidos, pero todo lo hacemos por ustedes, nuestros lectores, que salen cada día a laborar y siempre confían en que les informaremos lo que sucede en cualquiera de los ámbitos del terruño nacional.

Todavía recuerdo el día que llegué a mi casa y le dije a mi mamá que iba a estudiar periodismo. La cara de mi bella madre era de asombro, porque yo salí de la casa decidido a ser médico veterinario, pero me incliné por seguir ese valor de siempre decir la verdad, axioma que aún tengo cada vez que me siento frente a mi computadora a escribirles una nota.

Pero, a pesar de no tener mucho tiempo en este campo, tengo una madre y una esposa muy orgullosa de mí, y eso me complace, porque cada día me doy cuenta de que mi trabajo es importante.

Por eso felicito a esos maestros de la pluma que han convertido esta bella profesión en un gran apostolado. ¡Feliz Día del Periodista!