La pintora panameña Gabriela Batista tiene muchas preocupaciones en su mente. Una de éstas es la destrucción del ambiente, y como un aporte a la toma de conciencia, ya ha trabajado unas 26 pinturas sobre esta temática.

La artista señala que todo inició en el año 2002 cuando ojeaba una revista que trata sobre estos temas. Le llamó tanto la atención que, prácticamente, ha dejado los demás temas para dedicarse de lleno a la naturaleza.

El mensaje de esta composición es una crítica y preocupación ecológicas, que se suma desde este país a la que ha librado el premio Nobel de la Paz 2007 estadounidense, Al Gore.

La pintora se dio a conocer en las galerías en el 2003, pintando arte religioso, luego continuó con una "Serie de mariposas monarcas" y "Silencios", esta agrupación que trata solamente de árboles, animales y la tierra.

Batista comparte que cuando empezó a trazar los primeros puntos sobre el lienzo no sabía cómo llamarle.

La pintora, quien es graduada de Ganexa, no se quedó solamente con la visión del arte panameño, sino que viajó a los Estados Unidos a tomar clases de pintura. Durante ese tiempo aprovechó para visitar los museos en Francia y España, para ver de cerca cuál era la tendencia del arte norteamericano.

Fuera de Panamá, Gabriela ha llevado su trabajo. En Argentina participó en el II Congreso Latinoamericano. Allí sus cuadros fueron la nota distintiva del resto del evento.

ÁRBOLES SECOS

Caminando por El Carmen le llamó la atención un árbol sin hojas. Este tronco está pintado en una serie de esta colección. Tiene cientos de ramas que asemejan venas cruzadas.

El otro tema que presenta Batista es la destrucción del ser humano. "Ríos de sangre" es una obra que, aunque abstracta, tiene muchos rastros de la realidad.

El otro elemento son los animales. Monos, aves, mariposas, los que están más cerca de la desaparición por la caza del hombre están pintados en un bosque viejo, que le sirve más que de refugio de un mundo que ya casi no existe por la deforestación.

SECRETOS

La pintura es el trabajo de Gabriela. Ella labora de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde. Un cuadro no tiene tiempo definido. Hay algunos que puede terminar en dos semanas, pero hay otros que tarda meses en acabarlos, y que tiene que volver una y otra vez.