Un edificio lleno de historia
Sólo el mantenimiento de la puerta principal vale más de 300 dólares. En el 2004 se invirtieron 2,300 dólares en la pintura exterior. (Foto: GONZALO BOCANEGRA / EPASA)

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

¿Sabía usted que montado en un Diablo Rojo usted puede ver el cementerio de la Bandera Nacional? Así es, haga la prueba y verá que desde la ventana de uno de esos buses y transitando por la avenida Perú se observa a un costado de la Gobernación de Panamá el campo santo de nuestro emblema nacional, específicamente, en el área del jardín. Allí está ubicada una placa en la que está escrito el Juramento a la Bandera. En ese lugar, cada año, luego de la cremación de banderas, son depositadas las cenizas de la enseña tricolor que estaban en desuso.

Se informó que las cenizas son recogidas del incinerador y llevadas en un cubículo especial hasta el cementerio donde son vertidas en una pequeña fosa. Luego, los funcionarios, con la ayuda de una pala, le echan tierra hasta que queden sepultadas. Posteriormente, se le siembra hierba y todo queda como si nada hubiese pasado. Ese es un sitio de honor.

Pero, escudriñando más sobre este edificio que es considerado Patrimonio Histórico, se pudo conocer que allí todos los muebles son de caoba y que para poder colocar, aunque sea un tornillo, hay que buscar asesoría del Instituto Nacional de Cultura (INAC).

En este edificio funcionó por muchos años la Cancillería de la República, mientras que la Gobernación estaba en un local ubicado en calle 37 de avenida Justo Arosemena.

Al entrar por la puerta principal de la Gobernación se visualizan las escaleras y pilastras de mármol verde. En el pasillo en el que se encuentran ambas escalinatas está el mural "Matices de soberanía", que es muy visitado por estudiantes y turistas. En el primer alto se ubica el salón de los gobernadores, donde están los cuadros de los 52 que ha tenido Panamá, que en su mayoría han sido pintados por Marco Antonio Quispe. Es aquí donde se juramentan a los extranjeros que se nacionalizan como panameños, se realizan las juntas técnicas de gobierno y se juramentan a los alcaldes, vicealcaldes y notarios.

Ya el espacio que queda para los futuros cuadros es mínimo, sin embargo, el único cuadro que falta en este recinto es el de la actual gobernadora Gladys Bandiera, pues admitió que la pintura no se parecía a ella y ordenó que la retocaran. En fin, a pesar de que es edificio pequeño, guarda muchos secretos de la historia de Panamá.

UN OJO DE LA CARA

El mantenimiento del edificio cuesta unos 80 mil dólares, pero anualmente se reciben 2 mil dólares para este fin.

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