La señora Eneida está ahorrando para comprarse una estufa y más camas donde dormir. (Foto: Eric Barrios / EPASA)
Viola Guevara Gallimore
| DIAaDIA
Muy pequeño para sufrir tanto. Antonio Javier es un niño que con tan solo un añito ya está pasando páramos en la vida. Él vive en Las Uvas de San Carlos junto a su familia, compuesta de 12 miembros y sólo tienen dos camas en su hogar. A sus 11 meses, Antonio fue operado de un quiste en el cuello y a raíz de la operación, su familia, que es muy pobre, atraviesa por muchos problemas. Su abuela Eneida es la que lo lleva a las citas médicas en el Hospital del Niño y muchas veces no tiene el dinero para el pasaje hasta la capital.
Afuera del Hospital del Niño, contó que había pedido prestado para asistir a la cita, pero no tenía con qué irse, así que le dimos cinco dólares para el retorno.
Eneida no quiere que por dinero su consentido muera, al igual que su hijo, quien falleció por problemas de riñones hace un año.
El pasaje no es el único dilema de la abuela de Antonio. A la cita el niño llegó con un vasito de leche en el estómago y Eneida ni eso había ingerido.
La señora -que portaba un cartuchito como cartera, en el que guardaba muy en el fondo la tarjeta de vacuna de su nieto- nos expresó cuánto ha sufrido.
La familia de Antonio y su abuela sobreviven de la pesca, pues "ninguno de mis hijos tuvo la oportunidad de estudiar", confesó
Ella hace un esfuerzo para que a sus cinco nietos nos les falte educación. "Ya tengo un nieto en la escuela, el otro año entra otro y trabajaré muy duro", agregó.
Con todos estos problemas, Eneida disfruta de Antonio, el consentido del hogar.
A inicios de diciembre, ella vivirá el mismo vía crucis porque debe retornar al centro médico para solicitar otra cita para su nieto.
ABNEGADA
A Eneida no le importa quedarse sin comer mientras su nieto Antonio esté bien.