Las campanas de la Iglesia Catedral de Chitré repicaron desde tempranas horas de la mañana, anunciando las honras fúnebres del padre Segundo Familiar Cano; mientras que miles de feligreses y jóvenes de distintos puntos del país, acudieron a este punto para iniciar el recorrido de lo que fue el último adiós al sacerdote de la juventud.
Entre lágrimas, flores y carteles de homenaje al trabajo pastoral que por 45 años realizó este sacerdote, en la parroquia de Monagrillo, miles de feligreses esperaban el cortejo fúnebre.
Los restos del sacerdote fueron recibidos en la Catedral San Juan Bautista de Chitré, donde se realizó la primera estación del funeral con las oraciones elevadas al cielo por el nuncio apostólico Giambattista Diquattro; mientras que los tres hermanos y sobrinos del sacerdote, que viajaron desde España, lloraban frente al féretro y oraban por su descanso.
En Monagrillo, fue saludado por una lluvia de globos blancos.
Monseñor Fernando Torres Durán dijo que el paso hacia la muerte, siempre causa tristeza, y recordó que para el cristiano no es motivo de desesperanza sino de alegría, porque ahora el padre Segundo ha tenido ese encuentro con el Padre Celestial, y ha dejado la semilla para continuar el trabajo.
UNO A UNO
Después de la celebración Eucarística, la multitud partió hacia el cementerio, donde el pueblo se turnó para cargar el féretro hacia su última morada.
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