Una papa caliente. En eso parece haberse convertido el tema de la poda y tala de árboles que están en servidumbres públicas, luego que ayer en la madrugada, un enorme árbol de corotú cayera sobre al menos nueve autos estacionados en los predios del Hospital del Niño (HDN), y en el que en uno de ellos se encontraba un médico internista que perdió la vida.

Por más de siete horas, bomberos y personal del SINAPROC trataron de recuperar el cuerpo sin vida del joven, de 25 años; mientras esto sucedía, la Autoridad Nacional del Ambiente y el Municipio de Panamá no se ponían de acuerdo sobre a qué institución le compete la responsabilidad de los permisos para la poda y tala de los árboles.

Y es que, mientras que el alcalde Bosco Vallarino adujo que para podar los árboles requieren un permiso de la ANAM, Javier Arias, administrador de la entidad, afirmó que "le toca a Ornato del Municipio podar y talar los árboles y nosotros apoyamos en materia técnica, si es necesario". En tanto, el ingeniero forestal Manuel Hurtado admitió que es necesario una evaluación del estado de salud, físico y de longevidad o vejez de las especies de árboles existentes en esta capital. Y es que, en un pequeño recorrido realizado por DIAaDIA, se pudo percatar de la presencia de alrededor de 16 palmeras y ocho árboles que podrían representar un peligro, no solo para las personas que transitan el área, sino a los vehículos que, al pasar, corren el riesgo de ser aplastados, tal como sucedió ayer.

NO SE REPORTO

La ingeniera forestal Kira Sandoval, enlace entre la ANAM y el Municipio de Panamá, dijo que nunca se reportó una solicitud de inspección al árbol accidentado.