Los ríos, quebradas y alcantarillados de la ciudad capital y sus afueras están llenos de basura, esto provoca que, con las lluvias, muchas áreas se inunden. En las afueras de la ciudad, los pobladores no toman conciencia y a la final son ellos mismos los afectados. En el caso de San Francisco, el caliche y los sedimentos de las construcciones en el área causaron inundaciones, con cuantiosas pérdidas económicas.
Es hora de que cada panameño se ponga la mano en el corazón y se comprometa a no tirar la basura, y en el mejor de los casos a reciclarla, porque al final de la historia nos estamos afectando con nuestras propias manos. Recuerde, ¡no tire basura!