En los brazos de Morfeo


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Nada perturbó el sueño de este indigente, a pesar de que su vida estuvo en peligro.

Fotos: JESUS SIMMONS

  • En los brazos de Morfeo

    Nada perturbó el sueño de este indigente, a pesar de que su vida estuvo en peligro.

    Fotos: JESUS SIMMONS

  • En los brazos de Morfeo

    Los policías lo quitaron de la vía.

  • En los brazos de Morfeo

    Ni el agua le espantó el sueño.

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    Nada perturbó el sueño de este indigente, a pesar de que su vida estuvo en peligro.

    Fotos: JESUS SIMMONS

  • En los brazos de Morfeo

    Los policías lo quitaron de la vía.

  • En los brazos de Morfeo

    Ni el agua le espantó el sueño.

  • En los brazos de Morfeo

    Nada perturbó el sueño de este indigente, a pesar de que su vida estuvo en peligro.

    Fotos: JESUS SIMMONS

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    Los policías lo quitaron de la vía.

  • En los brazos de Morfeo

    Ni el agua le espantó el sueño.

  • En los brazos de Morfeo

    Nada perturbó el sueño de este indigente, a pesar de que su vida estuvo en peligro.

    Fotos: JESUS SIMMONS

  • En los brazos de Morfeo

    Los policías lo quitaron de la vía.

  • En los brazos de Morfeo

    Ni el agua le espantó el sueño.

  • En los brazos de Morfeo

    Nada perturbó el sueño de este indigente, a pesar de que su vida estuvo en peligro.

    Fotos: JESUS SIMMONS

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    Los policías lo quitaron de la vía.

  • En los brazos de Morfeo

    Ni el agua le espantó el sueño.

Jesús Simmons - DIAaDIA

Un problema social. Se ha vuelto común ver en las calles de la ciudad capital indigentes que además de recoger latas y robar cosas, se duermen sobre la carretera sin importar el riesgo que corren sus vidas, tal y como ocurrió días atrás con uno que estaba acostado frente a la Corregiduría de Calidonia.

Lo primero que expresaban los peatones que pasaban por allí era: “está muerto”, pero al saber que era un indigente se les iluminaba el rostro, pues comprobaban que estaba sano.

Para evitar que un vehículo le pasara por encima, policías municipales pusieron un cono en la vía. El individuo fue el centro de atención de quienes pasaban por el lugar, ya que hasta la Policía Nacional llegó al sitio.

Los uniformados de ambas instituciones de seguridad le hablaron para ver si reaccionaba, sin embargo, el indigente estaba profundamente en los brazos de Morfeo (dios de los sueños de la mitología griega).

Para ver si se despertaba, un policía municipal le vacío dos tanques de agua de cinco galones, mas su intento fue en vano. En vez de levantarse, el muchacho se acomodó en posición fetal y siguió su siesta.

Cuando se le pudo ver el rostro, DIAaDIA notó que era el mismo muchacho, quien días atrás fue el protagonista de una nota cuando abordó un “diablo rojo” en estado etílico. En esa ocasión, el muchacho estaba maloliente, durmiendo debajo de los asientos del bus, incluso se había orinado en sus pantalones, por lo que fue bajado del vehículo por el chofer con la ayuda de un “bien cuida’o”, en la parada del Hospital Santo Tomás.

Otro que también lo reconoció fue el subteniente de la Policía, quien había tratado de despertarlo, el uniformado, al verle el rostro, dijo: “ya sé quién es”. De inmediato le ordenó a su compañero que lo agarrara por los pies para ponerlo en la acera. Así lo hicieron, pero ni esto hizo que el indigente se despertara, al contrario, se acomodó y siguió durmiendo sin darse por enterado de todo el alboroto que había causado.

 
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